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Dr. José Ángel Lorente, Jefe del Servicio de Medicina Intensiva del HUG: “Un hospital sin investigación es un hospital pobre”

El Dr. José Ángel Lorente es el Jefe del Servicio de Medicina Intensiva del Hospital Universitario de Getafe y, ahora también, es Catedrático de Medicina Intensiva por la Universidad Europea. Dedica su día a día a los pacientes ingresados en la Unidad de Cuidados Intensivos y en la Unidad de Grandes Quemados del HUG y saca tiempo, además, para la investigación.

Dr. José Ángel Lorente, Jefe del Servicio de Medicina Intensiva,

Durante sus estudios de Medicina, empezó a sentir un gran interés por la fisiología, lo que le llevó a especializarse en una disciplina muy exigente en cuanto al nivel de trabajo, tal y como la define el Doctor, y que implica un alto estándar de docencia y de asistencia. Desde el año 1992 trabaja en el Hospital Universitario de Getafe donde está implicado enormemente en el cuidado de los enfermemos ingresados en la Unidad de Cuidados Intensivos y en la Unidad de Quemados.

PREGUNTA: ¿Por qué escogiste la Medicina Intensiva y qué te aporta en tu día a día?

RESPUESTA: La medicina intensiva es una especialidad muy interesante por varias razones. Una es que se trata de una especialidad que tiene mucha relación con la fisiología y la fisiopatología, y cualquier médico al que le guste esta disciplina va a tener aquí una oportunidad de satisfacer esa inquietud.

Es muy gratificante en el sentido de que el efecto de las intervenciones que se implementan es generalmente muy, muy rápido. Suceden en días, horas o minutos. Y esta es una característica también interesante de la medicina intensiva, es muy dinámica. Los problemas que nos planteamos cada día son muy diferentes y eso hace que cada día sea muy distinto, no hay día igual al anterior. Al final, todo depende de la evolución de los pacientes y de los que lleguen nuevos. Pienso que es el sitio más interesante para trabajar, en general, y, dentro del hospital, también es la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), porque es muy cambiante, es muy dinámica. También, exige una un estado de atención muy alto para identificar los problemas.

Otra peculiaridad es que la especialidad se ha hecho muy compleja, quizá en las últimas dos décadas, por el uso de nuevos sistemas de monitorización. Tenemos que conocer uso de técnicas de diagnósticas y de monitorización que exigen una formación especial y continuada, no solo en el manejo de las herramientas, pero también en manejo del enfermo crítico.

P: ¿En qué consiste el trabajo diario de un médico intensivista?

R: Nuestro trabajo diario consiste inicialmente en el conocimiento detallado de la situación de cada enfermo de ese día, eso lo hacemos en una sesión de la mañana. Esa sesión es muy importante porque se mencionan y se discuten cambios que ha habido en los pacientes el día anterior durante la noche con más detalle en los pacientes que han ingresado y se hace un plan con esos pacientes para ese. Esto exige, pues, un examen detallado de la situación del paciente, el examen físico, los análisis de ese día. La especialidad nuestra tiene la peculiaridad de que la situación del enfermo es muy cambiante. Por eso hay que ver a los pacientes con detalle durante la jornada laboral y, a veces, hay que reexaminarlos durante la guardia.

Nuestro trabajo tiene, también, la peculiaridad de que, debido a la característica de los pacientes, con frecuencia requieren procedimientos que se hacen en la UCI, como monitorización cardiovascular, canalización de vías para el tratamiento y monitorización, monitorización de otros aspectos de la disfunción de órganos, de la función cerebral, etcétera. A menudo, hay que acompañar al paciente a hacer pruebas de imagen, al servicio de Radiología y algunos requieren de intervenciones quirúrgicas. El enfermo es muy dinámico y requiere de mucha atención y de una toma de decisiones frecuente y rápida. Otra peculiaridad es que esto sucede durante las 24 horas del día, durante las horas de la jornada, pero también durante la tarde y la noche, en las guardias.

Por razones asistenciales y también formativas, tenemos otra sesión a las 13:00 H en la que de forma más detallada que en la anterior, se discuten los problemas de los pacientes uno por uno. Y, después de esta reunión se terminan las tareas que estén pendientes.

El enfermo crítico es muy dinámico y requiere de mucha atención y de una toma de decisiones frecuente y rápida.

P: ¿Qué exigencias tiene el trabajo en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI)?

R: La UCI es una unidad especial en el hospital que forma parte del Servicio de Medicina Intensiva. El trabajo nuestro tiene vario aspectos, como en otras especialidades, de asistencia a la docencia y la investigación. Queremos desarrollar las tres de forma excelente. Lo principal es ver a los pacientes y atenderles bien siempre con las herramientas más actualizadas de que dispongamos. Y de la mano de la asistencia va a la docencia y la investigación, no son cosas contrapuestas ni independientes, sino que están muy relacionadas y, de hecho pensamos que tener investigación también es excelente.

La asistencia en la UCI, en nuestro caso, incluye la de enfermos polivalentes. En una UCI general tenemos 18 camas y es una UCI de una complejidad elevada porque somos referencian de diferentes especialidades para otras áreas de salud, cirugía de tórax, neurocirugía, cirugía vascular y muy particularmente para enfermos quemados. Tenemos enfermos quemados de otras provincias del país que ingresan en una en una parte de la UCI que está físicamente separada, que es la Unidad de Grandes Quemados.

P: El Médico Intensivista no puede trabajar solo en la UCI. ¿Quiénes conforman el equipo que hace que esta unidad funcione?

R: La atención del enfermo crítico exige la colaboración íntima de otros profesionales. El médico hace su trabajo en colaboración muy estrecha con el personal de enfermería, con los auxiliares de enfermería, TCAES, y celadores. Los enfermeros y enfermeras de la UCI tienen una gran importancia ya que la evolución del enfermo crítico depende del cuidado de ellos. Son profesionales formados en la medicina intensiva y, en el caso del Hospital de Getafe, también, en grandes quemados.

Además, contamos con médicos y residentes en formación. Mantenemos una importante y estrecha colaboración con el servicio de farmacia para abordar el tratamiento farmacológico de los pacientes críticos.

P: La Unidad de Grandes Quemados del Hospital Universitario de Getafe es un centro de referencia para la asistencia e investigación de enfermos quemados. ¿Qué particularidades tiene?

R: La Unidad de Quemados en el contexto del servicio UCI implica retos especiales. Las características de nuestro trabajo que, ya suceden en la UCI, pues aquí son más importantes. La colaboración con el personal de enfermería es esencial. La evolución del enfermo depende de estos profesionales que están, además, especializados, en este caso especializadas porque son seis enfermeras, en el cuidado de las quemaduras. Por otro lado, también se colabora con otros especialistas como los cirujanos plásticos ya que el enfermo necesita repetidas intervenciones.

Los enfermos críticos son muy demandantes, pero el paciente quemado lo es si quiere más, debido a que necesita estas intervenciones repetidas que te mencionaba y son más inestables, ya que pueden experimentar complicaciones infecciosas muy graves, con necesidades de cuidados diferentes. Por ejemplo, en muchos casos, se prescribe la sedación diaria y esto exige una gran dedicación de tiempo por parte de los médicos.

P: El Médico Intensivista necesita actualizarse continuamente, ¿en qué medida consideras que esta especialidad debe dedicarle tiempo a la investigación?

R: La investigación es una parte de la tarea del médico intensivista. Todos los puestos estamos implicados en ella y, a pesar de que con frecuencia es difícil encontrar ese tiempo, es muy importante hacerlo. Es muy relevante para un hospital que se investigue, un hospital sin investigación es un hospital pobre, donde la asistencia es peor porque la investigación está unida a la calidad de esta. Además, es necesaria para los médicos porque es un estímulo y una forma de mantener una práctica actualizada y de no estancarse.

La medicina basada en la evidencia exige un estudio continuo y requiere de mucho rigor en la práctica, eso necesita que haya mucha discusión. No queremos que la práctica esté basada en la opinión o en prácticas no contrastadas que no estén demostradas, sino que queremos la mejor evidencia disponible para cada pregunta que nos hacemos, por eso necesitamos la investigación.

La homogeneidad de la práctica clínica es otro eje vertebral que queremos también que sea el sustento de la práctica, o sea, que el paciente, también por razones éticas, reciba el mismo tratamiento, independientemente del médico, concretamente, del equipo que atienda a ese paciente. Todos deben tener la misma oportunidad y de curarse independientemente del profesional que le atiende de forma inmediata. Creemos que esto es también un signo de calidad.

Es muy relevante para un hospital que se investigue, un hospital sin investigación es un hospital pobre.

P: Antes mencionaste que la Medicina Intensiva exige una formación continuada. ¿Cómo se materializa esto en el trabajo en el Hospital de Getafe?

R: Lo cierto es que el aspecto asistencial está muy, muy relacionado con el aspecto de formación. La más inmediata y diaria es la formación de posgrado. Tenemos residentes, dos por año que formamos en la especialidad. Estos residentes rotan en diferentes servicios fuera de la UCI, pero en cierto momento en la residencia, están aquí prácticamente full time durante 3 años. Y esa actividad de formación es continua durante 34 horas durante la mañana, durante y durante la guardia.

De manera más especial, también está la formación de pregrado. Tenemos estudiantes que rotan con nosotros de la Facultad de Medicina de la Universidad Europea de Madrid. Rotar en tercero y es muy interesante porque aquí ya tienen la oportunidad de adquirir formación sobre cómo valorar a un enfermo grave, a un enfermo crítico, cómo monitorizarle y cómo aplicar algo que ya en ese momento están aprendiendo en esos años precoces de la carrera, como es la fisiología. Por otro lado, tenemos estudiantes de sexto de carrera de una asignatura optativa que es de Medicina Intensiva, que es original.

P: ¿Cómo se cuida al paciente crítico una vez ha salido de la UCI? ¿Se hace un seguimiento desde Medicina Intensiva?

R: Este es un tema que quizá no se ha resuelto. Cuando se da el alta de la Unidad de Grandes quemados, por ejemplo, va a la planta de cirugía plástica y nosotros no la seguimos. Son enfermos cuyos problemas médicos han mejorado claramente, no tienen que estar en la UCI, pero requieren de mucha atención. Quizás sí se podría, al menos por un tiempo seguir el manejo de estos pacientes en la planta, pero no lo hacemos y no lo hace nadie.

P: Estas mejoras que experimentan los pacientes críticos en la UCI son esenciales, pero ¿cómo se recupera el paciente de las secuelas de la propia estancia en esta unidad?

R: Ahora nos hemos centrado mucho en la investigación científica de la especialidad, en lo que se llama desenlaces a largo plazo. ¿Por qué? Porque nos hemos dado cuenta de que, siendo desde luego muy importante el manejo agudo del enfermo durante la fase más crítica de la enfermedad, los enfermos que sobreviven tienen luego una evolución que se caracteriza por lo que se llama la enfermedad crítica crónica. Es la persistencia de un estado de gravedad, pero menos agudo, más prolongado en el tiempo, que tiene un correlato bioquímico y fisiopatológico que estamos conociendo mejor, que es la persistencia de un estado de inflamación más prolongado en el tiempo, pero menos marcado con cambios clínicos muy evidentes. Cambios como la debilidad crónica, a veces tetraparesia, debilidad muscular que tiene que ya empezamos a describir bien tiene un conveniente neuropático muy complejo. Por eso, se llama de una forma genérica debilidad adquirida en la UCI. Incluso se ha observado también un deterioro cognitivo parecido a la enfermedad de Alzheimer después de la estancia en la UCI.

Estamos viendo el impacto que tiene el tratamiento agudo, o sea, hemos demostrado ya que tiene un impacto en esos desenlaces a largo plazo que se observan durante las semanas, meses y años después del ingreso en la UCI. Está relacionado con el tratamiento que reciben en la UCI y esto es un tema de investigación muy interesante en el cual también estamos nosotros implicados. En la fase aguda nos centramos en la supervivencia, que antes era nuestro objetivo único, ahora lo sigue siendo, pero también queremos ver cómo sobrevive y cómo lo que hacemos tiene impacto en esa calidad de vida.

Los enfermos que sobreviven en la UCI tienen luego una evolución que se caracteriza por lo que se llama la enfermedad crítica crónica.

P: ¿Esta situación de la que hablas está inducida únicamente por la inmovilización del paciente o hay otros factores que influyen?

R: Claro, está en relación con inmovilización y, además, con tratamientos que reciben nuestros pacientes, con el tipo de ventilación mecánica o con la posibilidad de desarrollar una infección más grave. Una de ellas es la inmovilización, por eso ahora hemos intensificado la fisioterapia de los pacientes de UCI. Desde el momento del ingreso, tanto en la UCI General como en la unidad de grandes quemados, el enfermo es valorado por el médico rehabilitador, con el que queremos tener una colaboración más estrecha. Cuando obviamente es posible, de acuerdo con la situación del enfermo, no siempre se puede hacer en el primer momento del ingreso, pero sí, cuando se pueda se debe iniciar la fisioterapia gracias a un esfuerzo grande del servicio por el servicio de rehabilitación fisioterapeutas designados para la UCI. Esto es un avance reciente muy importante.

El Dr. José Ángel Lorente Balanza, Jefe del Servicio de Medicina Intensiva del Hospital de Getafe, es nombrado Catedrático en el área de Medicina por la Universidad Europea

Desde la Fundación del Hospital Universitario de Getafe queremos dar nuestra más sincera enhorabuena al Dr. José Ángel Lorente Balanza por el trabajo y el esfuerzo invertidos que han tenido como resultado haber obtenido el máximo reconocimiento como docente e investigador.

El Dr. José Ángel Lorente Balanza, el Jefe de Servicio de Medicina Intensiva en el Hospital Universitario de Getafe (HUG) y parte esencial de la Fundación para la Investigación Biomédica del HUG, ha recibido la medalla de Catedrático de Medicina Intensiva de la Universidad Europea de Madrid que celebró el pasado 30 de enero el acto de entrega de medallas a seis nuevos Catedráticos, diez Doctores y once Profesores Titulares en el área de Medicina, Salud y Deporte.

El Dr. Lorente, además de ser el Jefe de Servicio de Medicina Intensiva del HUG, es coordinador de la línea de investigación en Daño Pulmonar Agudo del Centro de investigación en red de enfermedades respiratorias (CIBERES) y está especializado en los pacientes grandes quemados realizando una importante labor en la Unidad de Quemados del HUG. Ahora, es uno de los dos Catedráticos que hay en España que ocupan la posición de Catedrático en Medicina Intensiva, un cargo casi único.

Una trayectoria remarcable ligada a los pacientes y a la investigación

El Dr. Lorente estudió la carrera de Medicina en la Universidad Autónoma de Madrid. Durante este periodo, empezó a sentir un gran interés por la fisiología, muy relacionada con la Medicina Intensiva. Posteriormente, realizó una larga estancia en Nueva York donde pudo explorar esta especialidad marcada por la alta intensidad de trabajo, de docencia y de asistencia.

En el Hospital Ramón y Cajal, realizó la residencia de cuidados intensivos, bajo la tutela del Dr. Landín, recuerda el Dr. Lorente. Compaginaba la residencia con la tesis que se basaba en un modelo animal de sepsis de ovejas que desembocó en varias publicaciones. Mientras terminaba la tesis, empezó a trabajar en el Hospital Universitario de Getafe, con el Dr. Estaban y el equipo de intensivistas de la UCI.

El Dr. Lorente, además de destacar por su labor clínica, lo hace por su inclinación hacia la investigación. En el Hospital de Getafe, decidió continuar con la línea que había desarrollado en el Ramón y Cajal y fundó un grupo de investigación traslacional con un modelo animal, inicialmente ovejas, más tarde, ratas, de sepsis inducida por bacteriemia. Finalmente, la investigación se dirigió al área pulmonar, incidiendo en el daño pulmonar inducido por el ventilador.

Gracias a esto, el grupo de investigación ha crecido y se mantiene, gracias al Dr. Esteban, el CIBER de Enfermedades Respiratorias y a la financiación pública.  Esta UCI, la del Hospital de Getafe, es una de las pocas de España que pertenece al grupo del CIBER de Enfermedades Respiratorias liderando la línea de daño pulmonar agudo.

Esta oportunidad ha permitido llevar la investigación a otro nivel, gracias al contacto con otros grupos que emplean abordajes diferentes y que están conformados por diversos profesionales como físicos o biólogos, entre otros. Asimismo, han podido aplicar nuevas metodologías. Una de las líneas de investigación recientes del Dr. Lorente y su grupo ha conducido a la publicación de varios estudios sobre la espectroscopía de resonancia magnética, una técnica metabolómica que permite identificar biomarcadores de diferentes enfermedades. Han aplicado esta técnica al diagnóstico del síndrome de distrés respiratorio agudo de diferentes causas, viral o bacteriana.

Por otro lado, colabora con la Universidad Carlos III, con el Grado en Ingeniería Biomédica, del cual es profesor asociado de fisiología. De este modo, tiene alumnos que hacen el Trabajo de Fin de Grado con el grupo de investigación. Así, explica el Jefe de Medicina Intensiva, los alumnos llevan a cabo un trabajo que tiene una proyección a futuro, con su publicación y con la posibilidad de proseguir con la investigación. Uno de estos trabajos se centra en marcadores moleculares de COVID en muestras de pacientes del Hospital. Los otros tres, emplean inteligencia artificial para el análisis de radiografías de tórax en enfermos con COVID y en el escáner de cabeza de enfermos con hemorragia cerebral, con hemorragia subaracnoidea.

El Dr. Lorente ha experimentado su propio crecimiento personal, primero, como profesor asociado y, luego, cuando se ofertó la plaza de catedrático, como Catedrático en Medicina Intensiva. Además de la ilusión por haber recibido esta medalla y del honor por obtener un reconocimiento a su trabajo, esfuerzo y constancia, para el Dr. Lorente este hecho representa un avance para la UCI. Puede trasladar a otros el interés en la carrera académica y desea que el interés por la Medicina Intensiva se extienda a otros médicos que pueden recibir su motivación por la carrera académica.

Para el Dr. Lorente, la investigación es imprescindible y básica para mejorar la calidad asistencial de los pacientes y que el trabajo de los profesionales sanitarios siga progresando. Para la Fundación para la Investigación Biomédica, contar con profesionales tan competentes es motivo de orgullo y, por ello, repetimos nuestra enhorabuena al Dr. Lorente por su medalla de Catedrático en Medicina Intensiva.

#GetafeInvestiga. Medicina Intensiva y Grandes Quemados

Este verano está siendo muy complicado en las unidades de quemados de los hospitales. A los accidentes que se producen cada año, hay que sumar los heridos por los incendios forestales.

En la Comunidad de Madrid se sitúan dos de los centros especializados que atienden a quemados de toda España: el Hospital Universitario La Paz y el Hospital Universiario de Getafe.

En Coruña, Barcelona, Valencia y Sevilla están las otras cuatro unidades de quemados acreditadas. Sumando un total de seis en el país.

La particularidad de estos centros, también es que realizan investigación. En el “Servicio de Medicina IntensivaGrandes Quemados del Hospital Universitario de Getafe” se desarrollan varias líneas de investigación en relación con el enfermo quemado crítico. Estando interesados, particularmente, en la relación entre la disfunción de órganos y el desarrollo de desenlaces desfavorables en estos casos.

Los proyectos actualmente en marcha, estudian el impacto de la disfunción cardiovascular y de la disfunción renal en la mortalidad de estos pacientes.

Así mismo, desarrollan un proyecto de investigación traslacional sobre el papel de los microRNAs como mediadores y biomarcadores en el daño pulmonar agudo del paciente gran quemado.

Estos proyectos han dado lugar al desarrollo y publicación de TFGs y TFMs, artículos científicos y tesis doctorales.

Recordemos que un gran quemado es el que tiene más del 20% de su cuerpo afectado. Además de valorarse: la profundidad, edad y afectación cardiopulmonar del sujeto.

Una vez superada la fase crítica, el paciente quemado requiere seguimiento a largo plazo y cirugías posteriores.

La mayoría de las quemaduras se producen por llamas, escaldadura o agentes químicos o eléctricos, y los pacientes requieren de múltiples recursos materiales y humanos que se concentran en centros acreditados como los dos con los que cuenta nuestra región.

Esta semana, la cadena de televisión Telemadrid, se hacía eco del trabajo realizado en las unidades de quemados de los hospitales La Paz y Getafe. En la imagen, el Dr. José Ángel Lorente Balanza Jefe de Servicio de Medicina Intensiva en el Hospital U. de Getafe.

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Relación entre la administración de noradrenalina y desenlaces desfavorables en el paciente quemado

Esta semana, el Dr. José Ángel Lorente Balanza y la médico residente Ana Salvador Rodríguez presentaban, delante de la Fundación para la Investigación Biomédica del Hospital Universitario de Getafe, el trabajo de investigación “Relación entre la administración de noradrenalina y desenlaces desfavorables en pacientes quemados (Hospital Universitario de Getafe, 1991-2019)”.

Pocas áreas en la medicina crítica han experimentado tan notorios avances como el manejo multidisciplinario del paciente quemado grave, en la Unidad de Grandes Quemados (UGQ). Disminuyendo notablemente la mortalidad de los afectados.

No obstante, numerosos aspectos del abordaje intensivo de estos pacientes continúan siendo un reto. Se desconoce qué cambios fisiológicos o en la función de órganos forman parte del concepto de Fracaso de la Resucitación. A este respecto, no se evidencian estudios realizados en pacientes quemados críticos que demuestren las complicaciones derivadas de la necesidad de noradrenalina en el tratamiento del shock, constituyendo un reto para el presente estudio.

En la literatura científica encontramos buenas descripciones de la fisiopatología del shock, fases del paciente quemado, y sus complicaciones derivadas. Factores como la edad, el sexo, el manejo inadecuado de la superficie corporal quemada, o la lesión por inhalación, agravan el riesgo de mortalidad en el paciente gran quemado.

Entre los desenlaces desfavorables de este tipo de pacientes destaca: la mortalidad, el desarrollo del síndrome de disfunción multiorgánica, la necesidad de terapia renal sustitutiva, y el desarrollo de infecciones.

Se han propuesto varios métodos para lograr una óptima resucitación, pero se desconoce cuál es el régimen de resucitación más adecuado y que se asocie a menores desenlaces desfavorables durante las siguientes fases de la evolución de paciente: fase de post-resucitación y fase de inflamación-sepsis.

En el estudio ―observacional, analítico, longitudinal y retrospectivo―, se fijaba como objetivo principal el analizar la asociación entre necesidad de noradrenalina durante la fase de resucitación —primeros tres días de estancia en la UGQ— y la incidencia de mortalidad durante la estancia de los pacientes quemados críticos adultos, en este caso en el Hospital Universitario de Getafe.

Con una muestra robusta, de más de mil pacientes, registrados en un periodo amplio de tiempo ―entre los años 1991 y 2019―, en un centro de referencia en la prevención de las infecciones y en el tratamiento de quemados críticos como lo es el Hospital de Getafe, los resultados son harto interesantes.

Comentaba el Dr. Lorente Balanza la importancia de contar con personal especializado en el manejo del paciente gran quemado: enfermería, intensivistas, cirujanos plásticos, entre otras especialistas, son perfiles que contribuyen decisivamente a la mayor supervivencia y alcance de mejores resultados en la recuperación funcional del paciente aquí estudiado.

Entre las líneas de investigación del Servicio de Medicina Intensiva del Hospital Universitario de Getafe, se encuentra el análisis del patrón de disfunción multiorgánica y los mecanismos por los que éste se produce, en pacientes con quemaduras extensas; así como el estudio de la Fase D en su situación. Esta fase dura los primeros 2-3 días tras el trauma, y consiste en inestabilidad hemodinámica, perdida de volumen plasmático al espacio extravascular, e hipoperfusión del tejido quemado. Se trata de una fase en la cual el paciente ha percibido un tratamiento especializado y, en caso contrario, el paciente evoluciona de forma desfavorable ―incluso, en el quemado de sistemas, con el fallecimiento―. “Por eso estamos interesados en estudiar cuál es la mejor forma de tratar a esos pacientes en fase de resucitación, para monitorizar su respuesta fisiológica al tratamiento, y así conseguir los mejores resultados. En este contexto se entiende la investigación que presentamos ahora”, aclara el Jefe de Servicio de Medicina Intensiva en el Hospital Universiario de Getafe, y director de esta proyecto de investigación, el Dr. José Ángel Lorente Balanza.

Dos investigadoras del equipo de investigación del Hospital, galardonadas en la última reunión del CIBER de Enfermedades Respiratorias

Las investigadoras del equipo de investigación del Servicio de Medicina Intensiva del Hospital Universitario de Getafe Eva López (de la Unidad de Investigación) y Gema Sánchez (del Servicio de Bioquímica) han sido galardonadas en la última reunión del CIBER de Enfermedades Respiratorias con dos premios a la mejor comunicación científica y mejor poster científico.

Los trabajos dirigidos por los investigadores Antonio Ferruelo, Raquel Herrero y José A. Lorente, se titulan “Interference of microRNA-27a-5p and microRNA-146a-5p in cultured human alveolar epithelial cells stimulated with IL-1β” y “MicroRNA 155-3p modulates the FasL-mediated inflammation in human alveolar epithelial cells in vitro”.

Los estudios indican que los efectos encontrados en la expresión del miRNA 155-3p sobre la modulación de la respuesta inflamatoria en células epiteliales alveolares humanas lo convierten en un objetivo terapéutico potencial en el síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA). Por otro lado, los estudios realizados en células epiteliales alveolares humanas sometidas a estímulos pro-inflamatorios revelan que la interferencia del  miRNA-27a-5p y del miRna-146a-5p podrían ser utilizados como una estrategia terapéutica en la lesión pulmonar.