Un equipo conformado por una psiquiatra, Diana Batet, y por una enfermera especializada en Salud Mental, Teresa Ávila, ambas del Hospital Universitario de Getafe, ha puesto en marcha en este complejo el nuevo programa de la Comunidad de Madrid de atención psiquiátrica a domicilio.
De lunes a viernes y desde el pasado 8 de enero, esta psiquiatra y esta enfermera atienden a los pacientes hospitalizados en sus casas. Estos ingresos son de personas que se encuentran en una fase de descompensación aguda o que tienen una primera crisis de salud mental, como un episodio psicótico, maníaco o depresivo. No obstante, no todos los pacientes pueden participar ya que, si el riesgo autolítico es elevado, tienen riesgo de suicidio o están con un consumo activo de tóxicos que interfiera en la clínica del paciente, no están contemplados dentro de los posibles participantes de este programa.
Las ventajas de este nuevo programa son varias. En primer lugar, al estar en sus casas “tienen un trato más familiar, más cómodo”, explica Diana Batet, “hay ciertas incomodidades al estar en un hospital, como compartir baño, que así se evitan”. Además, tanto los pacientes como las sanitarias pueden estar en contacto con su entorno y con las familias, que pueden intervenir. Del mismo modo, el paciente tiene un papel más activo, “es más responsable a la hora de tomar la medicación y, a la vez, continúa su día normalmente: hacen su comida, se duchan, las tareas de la casa, etc.”, añade la psiquiatra. Para el personal sanitario, este sistema es ventajoso porque se puede observar al paciente en su rutina diaria y apreciar más fácilmente las dificultades a las que se enfrenta y que, incluso, pueden haber interferido en la crisis. “Pueden ser barreras a la hora de acceder a la medicación o situaciones de estrés que tengan que ver con el propio manejo del paciente en el domicilio. Verlo in situ en el domicilio nos permite trabaja de forma más directa”, comenta Diana Batet.
Todos los cuidados que el paciente tendría en planta están cubiertos en su ingreso domiciliario. “Se cubren todos los cuidados que tendría en planta, no solo la entrevista con psiquiatra o la valoración de la enfermera, sino también del tema somático, constantes en cada visita, analítica, etc.”, relata Teresa Ávila.
Acceder a este recurso se hace a través de las Urgencias del hospital, la Unidad de Hospitalización Breve de Psiquiatría o bien desde el centro de Salud Mental. Con este programa, los pacientes integran su situación dentro de su día a día. No se contempla como una circunstancia abrupta, como lo es el ingreso hospitalario, y se evita el sentimiento de aislamiento. Asimismo, “el ingreso doméstico permite una continuidad de cuidados bastante buena”, cuenta Teresa Ávila, y la red de cuidados se intensifica haciendo que estos pacientes se sientan más arropados y sujetos por esta forma de cuidados que incluso permite que se fidelicen en mayor grado con el sistema de salud.
La Fundación para la Investigación Biomédica se suma a la celebración del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, destacando la labor de las mujeres que trabajan e investigan en ella y poniendo en valor su trabajo y sus capacidades.
El 8M, breve historia
El día 8 de marzo resalta en el calendario desde hace más de 100 años como una fecha para celebrar los derechos conseguidos por las mujeres. Tras la Revolución Industrial a finales del siglo XIX, en un contexto de transformación económica y del trabajo, las mujeres se encuentran con una situación de explotación en el entorno laboral sin ninguna ley que las protegiese. Con una huelga de trabajadoras del textil, garmentworkers, en Nueva York el 8 de marzo de 1857 que concluyó con 120 mujeres asesinadas a manos de la policía, se podría decir que empezó toda la lucha de las mujeres por sus derechos y por mejorar su situación. En España, desde 1936 se conmemoraba, pero de forma discreta, y en 1978 se convocó la primera manifestación autorizada por el Día de la Mujer, celebrado por la Naciones Unidas desde 1975.
Desigualdad en los estudios y en las carreras de investigación
Ya lo contábamos en el Día Mundial de la Mujer y la Niña en la Ciencia. Las científicas, según los datos de 2018 del Informe sobre Ciencia de la UNESCO suponían en todo el mundo tan solo el 33% del personal de investigación con una reducción en la representación a medida que se avanzaba en la carrera investigadora mientras que la de los hombres crecía. Un fenómeno que recordamos se conoce como la “tubería que gotea”, producido por factores como la “inestabilidad, dedicación, movilidad, competitividad y dificultades para acceder a financiación” recogidos en el informe sobre la Situación de las Jóvenes Investigadoras en España. Además, los roles de género sometían sus profesiones y trabajos STEM y el papel impuesto histórica y socialmente de cuidadoras, tanto de hijos como de mayores a su cargo, limita la progresión y el crecimiento de sus carreras.
Del mismo modo, esta situación es aún más alarmante cuando observas que las mujeres tienen una representación mayor que los hombres en las carreras universitarias excepto en la de Ingeniería y Arquitectura. En la rama de Ciencias de la Salud, en el curso 2021-2022, eran el 71,8% del total de matriculados y, en Ciencias, eran más un poco más de la mitad de los alumnos, un 60,6%.
Las científicas también se ven discriminadas por razones de sexo y experimentan en sus entornos laborales acoso sexual. Este acoso sexista puede ser por razón de sexo, por atención sexual no deseada y por coacción sexual. Estos son comportamientos que independiente de si se hacen en función del sexo de la persona o son de naturaleza sexual, el objetivo último es atentar contra la dignidad de la víctima ahogándola en un entorno intimidatorio, degradante y ofensivo.
Las mujeres científicas tienen experiencias laborales más negativas que sus compañeros varones, según el Estudio sobre la situación de las jóvenes investigadoras en España. Sufren discriminación de género, la derogación de este y sexismo. Además, el acoso sexual está a la orden del día en la ciencia, medicina, ingeniería y tecnología, con el mayor en aquellas mujeres que están racializadas y que pertenecen a colectivos LGTBI. De acuerdo con una encuesta realizada por la Unión Europea, las mujeres sufren en mayores ocasiones acoso sexual verbal e insinuaciones sexuales amenazantes.
¿Cómo podemos dejar de favorecer entornos laborales hostiles para las mujeres? El clima organizacional es un factor importante que puede favorecer y, por tanto, acabar con el acoso sexual y por razón de sexo. Por ejemplo, se puede luchar por la paridad en las plantillas, dejando de lado las que están masculinizadas, pues se crea un ambiente más cómodo para ellas y con personal igualmente competente y cualificado. También, imponer una política de tolerancia cero al acoso o humillaciones que no inviten a actuar ni protejan a los acosadores.
Sesgos de género en Medicina
En el año 1991, The New England Journal of Medicine publicó un artículo en el que se señalaba una diferencia notable en el número de angiografías coronarias que se realizaban a los pacientes masculinos que, a las mujeres, siendo más elevado el de los primeros que el de las segundas. A partir de ese momento, empezó a popularizarse el concepto de sesgo de género en medicina y en la atención sanitaria que se manifiesta cuando ante la misma necesidad sanitaria, se realiza un esfuerzo superior o diferente de diagnóstico o tratamiento para uno de los dos sexos, comúnmente, para los hombres agrandando las desigualdades en salud.
A medida que aumentaba la consciencia sobre este asunto, también lo hacía las evidencias de que ocurría. Otra revista, Nature Communications, reveló en el año 2019 que, en al menos 700 enfermedades, las mujeres recibían un mayor retraso diagnóstico que los hombres con los consecuentes errores en la estrategia terapéutica incidiendo en la morbilidad y mortalidad. En ese sentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS) apunta que a pesar de que la esperanza de vida es mayor en ellas que en los hombres, la morbilidad es más elevada en las mujeres.
Estas desigualdades vienen de la mano de una cultura y sociedad que está cortada por un patrón masculino que, en temas de salud, las diferencias biológicas entre hombres y mujeres que conllevan cambios, por ejemplo, en la manifestación de síntomas de una misma enfermedad, sean desconocidos y nada divulgados. También, tienen que ver con que los roles y el contexto social son condicionantes que influyen la forma en la que enferman las mujeres y en la que piden ayuda. En ocasiones, se minimizan y desprecian los síntomas que padecen estas y se justifican con causas emocionales o psicosomáticas. Por otro lado, se ha denunciado también la poca presencia de mujeres en estudios clínicos.
Durante la III Jornada de actualización y Consenso para Ginecología y Atención Primaria que se celebró en febrero en el Hospital Universitario de Getafe, la Dra. Elena Polentinos, Médico de Familia de la Unidad de Investigación de Gerencia Asistencial de Atención Primaria, con la finalidad de luchar contra el sesgo de género en medicina, señaló la importancia de considerar a la persona como sujeto activo en su proceso de salud y de devolverle la palabra, especialmente a las mujeres a través de una escucha activa.
La violencia de género continúa siendo un problema estructural
En un día como el 8 de marzo, es necesario también poner atención en la violencia de género, un problema estructural que se materializa en el asesinato de 1.245 mujeres en 20 años, desde 2003, según los datos del Ministerio de Igualdad. En lo que llevamos de año 2024, el número de mujeres asesinadas es de 5 y el de niños huérfanos es de 6, 438 desde 2013.
Con motivo del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, la Fundación para la Investigación Biomédica del Hospital Universitario de Getafe, continúa trabajando por lograr la igualdad de género y se solidariza con las situaciones desfavorables de las mujeres. Asimismo, lucha por la igualdad de oportunidades y se enorgullece del trabajo de las investigadoras de la Fundación que contribuyen cada día al progreso de la ciencia y medicina.
El Hospital Universitario de Getafe (HUG) y la Fundación para la Investigación Biomédica del HUG celebran la V Jornada de actualización sobre Insuficiencia Cardíaca (IC) organizada por la Sociedad Castellana de Cardiología. Este acto tendrá lugar el día 24 de abril en el Salón de Actos del Hospital. Comenzará a las 8:45 horas de la mañana y tiene prevista su clausura a las 18:00 horas.
Los participantes deberán completar su inscripción antes del 17 de abril de 2024. Para hacerlo, tienen que enviar al correo secretaria@castellanacardio.es los siguientes datos:
Nombre completo
DNI
MIR/FEA/DUE
Especialidad
Lugar de trabajo
Esta sesión está coordinada por Jesús Casado Cerrada, de Medicina Interna del HUG, por Jesús Perea Egido de Cardiología del HUG y por Marta Checa López de Geriatría del Hospital. Durante esta jornada, se hablará de la utilidad de los biomarcadores en práctica clínica, se hará una actualización de las patologías frecuentes en insuficiencia cardíaca como la obesidad o ferropenia. Además, se hará un abordaje práctico para mostrar la forma más optima de aplicar ciertos tratamientos.
Tras el descanso, se hará una aproximación de la insuficiencia cardíaca en pacientes geriátricos y de los cuidados desde enfermería a las personas con IC. Del mismo modo, se pondrá atención en la actuación en Atención Primaria y la coordinación con el hospital. También se abordará la situación de los pacientes con insuficiencia cardíaca avanzada y unas orientaciones sobre cómo actuar. Para finalizar, antes de las conclusiones de la jornada, varios especialistas en Cardiología se centrarán en el manejo de miocardiopatías en IC.
Esta cita contará con profesionales sanitarios del Hospital Universitario de Getafe y con otros procedentes de diversos centros de salud y hospitales de la Comunidad de Madrid.
Patrocinan: Novartis, AstraZeneca, Boehringer Ingelheim, Pfizer, Lilly, Novo Nordisk, Bristol Myers Squibb y Daiichi-Sankyo.
Tal día como hoy, 5 de marzo, pero de 1885, nacía Louise Pierce en Winchester, Estados Unidos. En el año 1907, se graduó de fisiología e histología en la Universidad de Stanford. Fue a la Universidad de Boston de 1907 a 1909 y fue admitida en la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins, donde obtuvo el doctorado como tercera de su clase. En 1913, se convirtió en la primera mujer en obtener una posición de investigadora en el Instituto Rockefeller. Allí trabajó como patóloga durante el resto de su carrera.
La enfermedad del sueño, tripanosomiasis, era en ese tiempo una grave epidemia en África ecuatorial. Una patología sobre la que no se sabía nada, ni su transmisión ni su mecanismo. Sin embargo, para que esta situación cambiase, se organizó un grupo de investigación en el Instituto Rockefeller para testar diferentes compuestos de arsénico, ya que algunos parecían ser un tratamiento eficaz. A partir de un medicamento con composición similar destinado para la sífilis, el químico Walter A. Jacobs y el inmunólogo Michael Heidelberger sintetizaron 243 posibles componentes arsénicos. En este momento, la figura de Louise Pierce toma importancia. Ella, junto a su compañero de laboratorio, fue la encargada de testar los tratamientos en ratones, ratas y conejos, con la finalidad de probar su efectividad y llegar a entender la enfermedad del sueño.
Gracias a este trabajo se pudo desarrollar un fármaco que tenía grandes posibilidades de éxito: la triparsamida. Louise Pierce fue enviada a la actual República Democrática del Congo para testarlo, consiguiendo un gran éxito porque la mayoría de los pacientes se curaban. Este tratamiento el de referencia para el tratamiento de esta enfermedad hasta los años 60.
Su papel en la investigación científica fue de gran relevancia y, por ello, el Calendario Escolar Científico del CSIC incluye su nombre junto al de otras personalidades de referencia en la lista de efemérides del mes de marzo.
La cuarta y última jornada del XVII Ciclo de Talleres sobre Innovación en la Gestiónorganizados por el Hospital Universitario de Getafe y por la Fundación para la Investigación Biomédica tuvo lugar el día 29 de febrero.
Esta sesión se centró en la Ceguera en el siglo XXI: Prevalencia del glaucoma y la retinopatía diabética como causas de la ceguera actual. Cuidado de nuestros ojos y prevención de patologías. La responsable de impartir este taller fue la Dra. María Teresa Álvarez Barrio. Desde el año pasado, es la Jefa del Servicio de Oftalmología del HUG. Antes, fue también Jefa de Sección de este hospital en el que lleva desde el año 1992, cuando finalizó su residencia en el Hospital Gregorio Marañón.
Al empezar su especialidad, se centró en el estudio de la retina, pero en esta área no encontraba su verdadera pasión porque “la retina te deja ciego. Con algunas enfermedades no puedes hacer nada y menos hace 30 años”. Sin embargo, el polo anterior del ojo, es decir, las estructuras de la parte de delante del globo ocular, los párpados, córnea, esclera, iris y catarata fueron las elegidas para su carrera profesional. Esta circunstancia le llevó a centrase en el glaucoma, una de las causas de la ceguera en el siglo XXI, junto a la degeneración macular y a la retinopatía diabética.
El glaucoma presenta síntomas muy tardíos que hacen que el paciente no sea consciente de la enfermedad hasta que está muy avanzada
El glaucoma es una afección que daña el nervio óptico y que se produce, principalmente, por el aumento de la presión intraocular. Se conoce como la ceguera silenciosa porque cuando el paciente es consciente de que le ocurre algo, el glaucoma ya se encuentra en un estado muy avanzado. Su campo visual se va reduciendo, explica la Dra. Álvarez Barrio, y todo lo que se haya perdido ya no se revierte puesto que se trata de tejido nervioso irrecuperable. Muchas veces los diagnósticos son casuales, el paciente acude por un golpe o por tener un cuerpo extraño en el ojo y al revisarle, se ve que tiene glaucoma.
Evolución del glaucoma
Durante esta cuarta sesión del ciclo de talleres, la Jefa de Oftalmología defendió las campañas de detección precoz del glaucoma, especialmente a partir de los 40 años. Además, explicó que los antecedentes familiares tienen un papel muy importante. “Siempre que diagnosticamos a una persona con glaucoma, le preguntamos si tiene hijos, para que ellos también se miren”, cuenta.
La prueba que se emplea para detectarlo en la tomografía computarizada y, como se ha incidido unas líneas atrás, es imprescindible su diagnóstico precoz, pues tiene cura. El tratamiento es escalonado, es decir, en un primer estado se pueden recetar gotas (betabloqueantes, prostaglandinas, inhibidores de la anhidrasa carbónica, etc.) que sirven para drenar el humor del ojo y aliviar la presión. Más tarde, se pasaría a la cirugía láser y el último tratamiento sería hacer una intervención como una esclerectomía profunda no perforante, una pequeña ventana en la parte superior de la esclera que hace que la resistencia a que salga el humor acuoso sea menor.
Existe otro escenario posible relacionado con el glaucoma, explica la Dra. Álvarez Barrio, y es cuando este es agudo. El paciente experimenta mucho dolor debido a un aumento brusco de la presión intraocular que requiere de una operación.
La degeneración macular progresa con la edad y disminuye la agudeza visual
La causa más frecuente de pérdida de agudeza visual es la degeneración de macular. Su principal factor de riesgo es la edad. “Por encima de los 90”, explica la Dra. Álvarez Barrio, “vemos a muchas pacientes, sobre todo mujeres, que han tenido una degeneración macular que ha avanzado progresivamente. Nos dicen que no ven bien y nos encontramos con una degeneración seca”. También, tiene un componente hereditario muy importante, el tabaco hay que prohibirlo en cuanto se detecta y los hábitos alimentarios hay que mejorarlos, eliminando las grasas.
El problema de la degeneración macular reside en que no tiene cura. Va disminuyendo la agudeza visual y produce atrofia. No obstante, parece que los suplementos de vitaminas disminuyen su progresión y resultan favorables en su tratamiento, aunque, se insiste en que no tiene una recuperación.
Progresión de la visión con la degeneración macular. Genera visión central borrosa o reducida debido a la degradación de las capas internas de la mácula.
La prevalencia de la diabetes hace que el seguimiento de la salud visual de los pacientes sea muy complicado para los sanitarios
La diabetes mellitus es una enfermedad prevalente entre la población y es la principal causa de ceguera entre la población activa joven, relataba la Dra. Álvarez Barrio durante su taller. Es una afección microvascular en la que el árbol vascular de la retina experimenta micro aneurismas. El tratamiento consiste en controlar de forma óptima la glucosa de los pacientes, su tensión arterial y la función renal. Existe la opción de hacer un tratamiento de focal de forma no directa en la fóvea.
La retinopatía diabética viene acompañada de la dificultad de hacer el seguimiento de los pacientes, pues estos son muy numerosos. La Dra. Álvarez Barrio ha contado que en el Centro de Especialidades Los Ángeles de Getafe, una enfermera pasa consulta junto a dos oftalmólogos y hace un seguimiento a esos pacientes diabéticos estudiando su agudeza visual, la presión intraocular y tomando fotos del fondo del ojo. Más tarde, los oftalmólogos estudian los resultados y en caso de alguna anomalía se indican las pruebas médicas que haya que realizar.
La cooperación internacional no es suficiente para acabar con la desigualdad de recursos y tratamientos
Según el Informe Mundial sobre la Visión realizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el año 2020 sobre Ceguera y Discapacidad Visual, existen 2.200 millones de personas en el mundo con deterioro de la visión y en 1.000 millones de ellas podría haberse evitado o no han recibido tratamiento alguno. El bajo nivel socioeconómico impide a la población de los países menos desarrollados acceder a los recursos, tecnología y tratamientos adecuados para enfermedades tan corrientes como las cataratas. “No solo se trata de un asunto de recursos, sino también de formación de profesionales. Llegar a ser oftalmólogo requiere muchos años de especialización y de formación que en esos países no puedes permitirte”, indica la oftalmóloga. La cooperación internacional es importante pero no es suficiente, añade, una vez has abandonado el país, mantener la situación es muy complicado.
A nivel internacional, la OMS ha hecho 111 campañas para erradicar en países como Marruecos una enfermedad llamada tracoma que se produce por la conjuntivitis no tratada. “Puede dejarte ciego porque provoca unas cicatrices muy profundas en los ojos que provoca incluso que las pestañas se metan hacia dentro del ojo”, apunta la Dra. Álvarez Barrio. En este sentido, añade, podrían mejorarse muchas cosas.
¿Sabemos cuidar de nuestros ojos?
Para la Dra. Álvarez Barrio el cuidado que hacemos de nuestros ojos es muy deficiente. “¡No sé cómo llegamos a la edad adulta con los dos ojos útiles!”, comenta. En general, existe un gran desconocimiento de cómo cuidar nuestro cuerpo y nuestros ojos, en particular. Por ejemplo, nos frotamos con fuerza los ojos cuando nos pican y es una de las principales causas de deformidad corneal grave, explica la Doctora. Esto hace que la córnea se debilite, se produce queratocono, una enfermedad que provoca un alto astigmatismo.
Página web del Instituto de Investigación Sanitaria Getafe
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