Archivo de la etiqueta: Investigación sanitara

El Dr. José Ángel Lorente Balanza, Jefe del Servicio de Medicina Intensiva del Hospital de Getafe, es nombrado Catedrático en el área de Medicina por la Universidad Europea

Desde la Fundación del Hospital Universitario de Getafe queremos dar nuestra más sincera enhorabuena al Dr. José Ángel Lorente Balanza por el trabajo y el esfuerzo invertidos que han tenido como resultado haber obtenido el máximo reconocimiento como docente e investigador.

El Dr. José Ángel Lorente Balanza, el Jefe de Servicio de Medicina Intensiva en el Hospital Universitario de Getafe (HUG) y parte esencial de la Fundación para la Investigación Biomédica del HUG, ha recibido la medalla de Catedrático de Medicina Intensiva de la Universidad Europea de Madrid que celebró el pasado 30 de enero el acto de entrega de medallas a seis nuevos Catedráticos, diez Doctores y once Profesores Titulares en el área de Medicina, Salud y Deporte.

El Dr. Lorente, además de ser el Jefe de Servicio de Medicina Intensiva del HUG, es coordinador de la línea de investigación en Daño Pulmonar Agudo del Centro de investigación en red de enfermedades respiratorias (CIBERES) y está especializado en los pacientes grandes quemados realizando una importante labor en la Unidad de Quemados del HUG. Ahora, es uno de los dos Catedráticos que hay en España que ocupan la posición de Catedrático en Medicina Intensiva, un cargo casi único.

Una trayectoria remarcable ligada a los pacientes y a la investigación

El Dr. Lorente estudió la carrera de Medicina en la Universidad Autónoma de Madrid. Durante este periodo, empezó a sentir un gran interés por la fisiología, muy relacionada con la Medicina Intensiva. Posteriormente, realizó una larga estancia en Nueva York donde pudo explorar esta especialidad marcada por la alta intensidad de trabajo, de docencia y de asistencia.

En el Hospital Ramón y Cajal, realizó la residencia de cuidados intensivos, bajo la tutela del Dr. Landín, recuerda el Dr. Lorente. Compaginaba la residencia con la tesis que se basaba en un modelo animal de sepsis de ovejas que desembocó en varias publicaciones. Mientras terminaba la tesis, empezó a trabajar en el Hospital Universitario de Getafe, con el Dr. Estaban y el equipo de intensivistas de la UCI.

El Dr. Lorente, además de destacar por su labor clínica, lo hace por su inclinación hacia la investigación. En el Hospital de Getafe, decidió continuar con la línea que había desarrollado en el Ramón y Cajal y fundó un grupo de investigación traslacional con un modelo animal, inicialmente ovejas, más tarde, ratas, de sepsis inducida por bacteriemia. Finalmente, la investigación se dirigió al área pulmonar, incidiendo en el daño pulmonar inducido por el ventilador.

Gracias a esto, el grupo de investigación ha crecido y se mantiene, gracias al Dr. Esteban, el CIBER de Enfermedades Respiratorias y a la financiación pública.  Esta UCI, la del Hospital de Getafe, es una de las pocas de España que pertenece al grupo del CIBER de Enfermedades Respiratorias liderando la línea de daño pulmonar agudo.

Esta oportunidad ha permitido llevar la investigación a otro nivel, gracias al contacto con otros grupos que emplean abordajes diferentes y que están conformados por diversos profesionales como físicos o biólogos, entre otros. Asimismo, han podido aplicar nuevas metodologías. Una de las líneas de investigación recientes del Dr. Lorente y su grupo ha conducido a la publicación de varios estudios sobre la espectroscopía de resonancia magnética, una técnica metabolómica que permite identificar biomarcadores de diferentes enfermedades. Han aplicado esta técnica al diagnóstico del síndrome de distrés respiratorio agudo de diferentes causas, viral o bacteriana.

Por otro lado, colabora con la Universidad Carlos III, con el Grado en Ingeniería Biomédica, del cual es profesor asociado de fisiología. De este modo, tiene alumnos que hacen el Trabajo de Fin de Grado con el grupo de investigación. Así, explica el Jefe de Medicina Intensiva, los alumnos llevan a cabo un trabajo que tiene una proyección a futuro, con su publicación y con la posibilidad de proseguir con la investigación. Uno de estos trabajos se centra en marcadores moleculares de COVID en muestras de pacientes del Hospital. Los otros tres, emplean inteligencia artificial para el análisis de radiografías de tórax en enfermos con COVID y en el escáner de cabeza de enfermos con hemorragia cerebral, con hemorragia subaracnoidea.

El Dr. Lorente ha experimentado su propio crecimiento personal, primero, como profesor asociado y, luego, cuando se ofertó la plaza de catedrático, como Catedrático en Medicina Intensiva. Además de la ilusión por haber recibido esta medalla y del honor por obtener un reconocimiento a su trabajo, esfuerzo y constancia, para el Dr. Lorente este hecho representa un avance para la UCI. Puede trasladar a otros el interés en la carrera académica y desea que el interés por la Medicina Intensiva se extienda a otros médicos que pueden recibir su motivación por la carrera académica.

Para el Dr. Lorente, la investigación es imprescindible y básica para mejorar la calidad asistencial de los pacientes y que el trabajo de los profesionales sanitarios siga progresando. Para la Fundación para la Investigación Biomédica, contar con profesionales tan competentes es motivo de orgullo y, por ello, repetimos nuestra enhorabuena al Dr. Lorente por su medalla de Catedrático en Medicina Intensiva.

Dra. Beatriz Cuenca: “Si tu tienes una infección asintomática que en el 80% de los casos se cronifica, si no la buscas, no la vas a encontrar nunca”

El pasado jueves 15 de febrero se celebró la segunda jornada del XVII Ciclo de Talleres sobre Innovación en la Gestión, organizados por el Hospital Universitario de Getafe y la Fundación para la Investigación Biomédica.

En esta ocasión, la Dra. Beatriz Cuenca, Jefa del Servicio de Medicina Digestiva fue la encargada de impartir esta charla centrada en  la Hepatitis C: la desaparición de una enfermedad gracias a una medicación eficaz y la importancia de los avances farmacéuticos en su curación

Dra. Beatriz Cuenca, Jefa del Servicio de Medicina Digestiva del HUG

La Dra. Cuenca es especialista en gatroenterología y superespecialista en patología hepática. Estudió Medicina y Cirugía en la Universidad Complutense de Madrid. Durante su doctorado, se centró en el campo de la cirrosis hepática. Desde hace nueve años, es Jefa del Servicio de Medicina Digestiva del Hospital Universitario de Getafe. También, es profesora de la Universidad Europea de Madrid. Tiene más de 150 comunicaciones publicaciones y más de 100 trabajos, así como un libro de ecografía.

PREGUNTA: ¿Cómo es el virus C?

RESPUESTA: El virus de la Hepatitis C es descubierto en 1989 por dos científicos Harvey J. Alter, Michael Houghton y Charles M. Rice que ganaron el premio Nobel de Medicina. Antes de que esto ocurriera, al virus C se referían como NoA-NoB, es decir, no era el Virus de la Hepatitis A ni el de la B.

Las hepatitis crónicas son las del Virus B, Delta y C. En el caso de la del Virus B, en adultos, se cura sin necesidad de medicación en el 95% de los casos. El virus Delta es deficitario, no tiene una cápsula que lo rodee y necesita al virus B para replicarse. En cambio, en el 70% u 80% de los pacientes con una infección aguda por virus C, este se cronifica. El problema de este virus es que son asintomáticos en la mayoría de los casos. Si tu tienes una infección asintomática que en el 80% de los casos se cronifica, si no la buscas, no la vas a encontrar nunca.

Cuando se cronifica no se cura. Al cronificarse puede evolucionar y desarrollarse. Los hepatocitos se van rompiendo y el organismo intenta reponerlos. Si la respuesta inmunitaria es buena, se produce la curación de la hepatitis crónica. Si es una respuesta no suficiente, los hepatocitos rotos son demasiados, se forman cicatrices y el hígado se va endureciendo hasta producir cirrosis.

El problema de la cirrosis es que con los años puede descompensarse. Aparece en el 20% de los casos de infección por virus C, sin que haya otro factor agravante como el alcohol, el virus B, el VIH, etc. ¿Cuándo se puede producir la descompensación? A los cinco años de tener cirrosis puede aparecer y es el factor de riesgo del cáncer hepatocelular.

El virus C no solamente afecta al hígado, sino que puede afectar a otros órganos y producir otras enfermedades como nefritis, crioglobulinemia e, incluso, puede estar asociado a una mala progresión de la diabetes. Al curar el virus C, el resto de esas patologías mejoran.

P: ¿Cómo han evolucionado los tratamientos del VHC a lo largo del tiempo? ¿Están permitiendo los tratamientos antivirales de acción directa acabar, prácticamente, con el virus o su contagio?

R: El Virus C ha sido una de las cosas que ha revolucionado todo. Cuando se empezó a tratar este virus, se hacía con interferón, más tarde, con interferón pegilado y la ribavirina, que eran un poquito más efectivos. Estos tratamientos eran más o menos de un año, pero tenían unos efectos secundarios horribles. De hecho, el 20% de los pacientes no conseguían finalizar el tratamiento y lo dejaban por el gran malestar que provocaban, cansancio, fiebre, anemia, dolores articulares y musculares y alopecia, entre otros. Además, el Virus C está asociado con problemas psiquiátricos. Los psicológicos que surgen del rechazo que sufre la persona contagiada por el resto de su entorno y, también, se ha visto puede influir en ciertas parcelas psiquiátricas. Por este motivo, este tratamiento no se podía recetar a pacientes con intentos de suicidio u otros casos similares, a no ser que un psiquiatra diese el visto bueno. Había un deterioro en el paciente un deterioro físico y mental.

En 1998 se empieza a trabajar con el interferón pegilado y la ribavirina. En 2011, surge la asociación de interferón y ribavirina con antivirales de acción directa. Los efectos secundarios seguían siendo horribles, y los efectos hematológicos también lo eran. A los pacientes les producían anemias y unas plaquetopenias muy graves. Entonces, se vio que había que evolución. Esto ocurre en el 2014 con la primera generación de antivirales de acción directa, con el sofosbuvir. Fue una innovación tremenda en el tratamiento del Virus C. Cada antiviral era mejor en cuanto que eran por vía oral, mejor en cuanto a la duración, que se acortaba y mejor en cuanto a la curación.

Entonces llega el año 2017 y fue mágico, porque surgen los antivirales de acción directa pangenómicos, lo que significa que no hay que añadirles ribavirina. Además, eran muy simples, era una toma diaria por vía oral y por un periodo de 8 a 12 semanas y con unos resultados del 90% de curación. Los efectos secundarios eran mínimos.

P: ¿Cómo se detectan los contagios de VHC? ¿Qué estrategia de cribado se aplica en España?

R: Para la eliminación del virus C se empieza a hacer un trabajo conjunto de la sociedad de hepatología, con la atención primaria y con el Ministerio de Sanidad. Se sabe que en España queda un número de pacientes que no se están tratando, bien porque algunas regiones no tienen dinero para tratarlo, porque no funciona bien la atención primaria, porque es difícil que estos pacientes acudan a consulta, bien porque están en la calle, bien porque son drogadictos. También, están aquellos pacientes que son asintomáticos que no ha sido diagnosticado porque nunca se les ha hecho una prueba antivirus C. Podemos encontrar, además, pacientes que se han quedado el sistema como positivos pero que no han sido tratados y aquellos que, aunque pertenecen a grupos de riesgo no han sido diagnosticados.

Se empieza a trabajar en la microeliminación o cribado. Hay varios tipos: cribado universal, etario y oportunista. El universal se haría a todas las personas que pasan por consulta, el etario, por grupos de edad, y el oportunista, por grupos de riesgo. En España, se hace este último tipo de cribado. Es una cuestión monetaria.  

P: ¿Cuáles son los grupos de riesgo a lo que más afecta el VHC?

R: El VHC se transmite por vía parenteral, por lo que las personas que tienen más riesgo de contagiarse son los adictos, los drogadictos, que consumen droga por vía intravenosa, pero, también, por vía nasal porque el papel puede estar infectado, porque se produce sangre en los cornetes, etc. Las prisiones son un foco muy grande del VHC debido a que en ellas se mueve mucha droga y por las prácticas sexuales de riesgo, como el sexo anal, sin protección. Estos últimos, en general, son los hombres homosexuales, que mantienen este tipo de relaciones sexuales sin protección y con múltiples personas, y por lo tanto forman parte de la población de riesgo. Hay que recordar que el VHC no se transmite por otro tipo de secreciones como la saliva o el semen, solo es por la sangre. Además, pacientes que hayan sido diagnosticados con VHI deben ser testados para el VHC. Por otro lado, el personal sanitario también puede estar expuesto al VHC, especialmente en los laboratorios donde tienen riesgo de pincharse.

Antes de la 1989, la causa más frecuente de contagio del VHC eran las transfusiones de sangre. Las donaciones no eran altruistas, sino que la sangre podía venderse y aquellas personas que necesitaban dinero lo hacían a menudo y siempre había riesgo de contagio.

Otro foco de riesgo, aunque ahora ya hay medidas sanitarias estrictas, se generaba a la hora de hacerte un piercing o tatuaje. No había precauciones con las agujas y se usaba la misma tinta para varias personas. Ahora esto está controlado.

La incidencia de niños que al nacer de madres contagiadas presentan el virus es muy baja. Suele ocurrir cuando estas tienen unas cargas virales muy altas, VIH o sufren partos traumáticos.

P: ¿Ves plausible el Objetivo establecido por la OMS de acabar con el VHC para el año 2030? Es decir, que la enfermedad se vuelva residual, sin apenas nuevos casos.

R: Cuando aparecieron los antivirales de acción directa sin interferón en el año 2013, la Organización Mundial de la Salud (OMS) vio que se podía trabajar sobre esta enfermedad y hacerla desaparecer. Entonces, pone el año 2023 como fecha en todos los países para la eliminación del virus C. El 90% de los pacientes se cura, es algo cercano al 100%. En cuanto a la eliminación, depende de los recursos de cada país. Si no hay medios ni dinero para que se tomen medidas de diagnóstico y tratamiento, algunos países no podrán completar el objetivo de la OMS.

P: ¿Por qué no ha sido posible desarrollar una vacuna?

R: Los virus pueden ser ARN o ADN. El virus C es un virus ARN y, a la hora de replicarse, va colocando los aminoácidos en la misma posición, uno a uno. El VHC tiene mucha capacidad de hacer mutaciones, es decir, pequeños cambios en estos aminoácidos que conforman el virus y que condicionan los genotipos distintos, que hacen que los pacientes reaccionen peor. Cuando esos cambios son muy pequeños, se denominan cuasiespecies y, otras veces, esos cambios en el aminoácido son fijos. Entonces la vacuna “se hace un lío” porque no sabe como reaccionar. Por eso, para el VHC no han conseguido encontrar ninguna vacuna efectiva. Por suerte, tiene un tratamiento que hace que no tengas la enfermedad y que te cura en casi el 100% de los casos.

El Tour del Plasma llega al Hospital Universitario de Getafe

Entre los días 13 y 16 de febrero ha llegado al Hospital Universitario de Getafe el Tour del Plasma organizado por el Centro de Transfusión de la Comunidad de Madrid con el objetivo de fomentar las donaciones. Este ciclo comenzó en marzo de 2023 y recorre otros cinco hospitales, además del de Getafe: el Hospital de Henares, Fundación Alcorcón, el 12 de Octubre, el Infanta Sofía y la Fundación Jiménez Díaz. El principal objetivo es dar visibilidad a las donaciones de plasma y de fidelizar a los donantes.

Yolanda y Chelo son las enfermeras encargadas de las donaciones en el HUG. Explican que el plasma tiene gran importancia en dos cuestiones diferentes. En primer lugar, se emplea para realizar transfusiones a pacientes que lo necesiten y, en segundo lugar, la proteína albúmina que se obtiene del plasma y es necesaria para la elaboración de medicamentos de origen humano.

Yolanda y Chelo, las enfermeras encargadas el Tour del Plasma en el Hospital Universitario de Getafe junto a las máquinas de aféresis

Las transfusiones de plasma cuentan las enfermeras, son necesarias para pacientes quemados y grandes quemados. También, son útiles para enfermos hepáticos, personas con edema, con hinchazones, que tengan gastritis, con ascitis, en general, que tengan un exceso de líquido en su cuerpo. El plasma se emplea cuando se han producido sangrados masivos y hay un gran tráfico de plaquetas, glóbulos rojos que necesitan plasma, porque es donde se encuentran disueltos.

Esta aplicación clínica está bastante cubierta, comentan, el plasma, además, se puede conservar hasta tres años. No obstante, existe un déficit en la cantidad de reservas para su aplicación en la elaboración de medicamentos de origen humano. Esta situación se vio agravada durante la pandemia. La mayor parte del plasma que recibían España y Europa procedía de Estados Unidos, donde los donantes de plasma reciben una compensación económica para hacerlo. Con el confinamiento, apenas había donantes y el poco plasma que se obtenía se quedaba en Estados Unidos. Ante esta situación la Unión Europea inició una actividad conjunta con los países miembros para impulsar las donaciones de plasma, relatan las enfermeras. Para elaborar estos medicamentos de origen humano, es necesaria una proteína, albúmina, que solo se obtiene del plasma de los humanos y que es importante por sus factores de coagulación para enfermos hemofílicos, por ejemplo. Por otro lado, hay diversas enfermedades inmunodeficientes que necesitan inmunoglobulinas para acabar con ellas. La importancia del plasma en este sentido reside en que estos medicamentos no se obtienen de otras fuentes, su único origen posible por el momento es el humano.

El plasma de la izquierda se encuentra en perfecto estado, mientras que el de la derecha tiene más grasa, aún así, es útil.

La máquina de aféresis en la encargada de extraer el plasma de la sangre. Cuando las enfermeras pinchan a los donantes, la sangre pasa por una serie de conductos hasta que llega a un filtro que impide que pasen los hematíes, mientras que el líquido, el plasma, se recoge en una bolsa. La sangre va llenando un tanque y, una vez que alcanza un nivel determinado, la sangre el sistema hace que la sangre vuelva al cuerpo por la misma aguja, por lo que los pacientes no la pierden. Este proceso, llamado ciclo, puede repetirse entre unas cinco y ocho veces, las que sean necesarias para llenar la bolsa de donación.

Donar plasma tiene las mismas condiciones que las donaciones de sangre: tener entre 18 y 65 años, encontrarse bien de salud y no estar en ayunas, hay que acudir con ingesta y líquido, sobre todo. El Tour del Plasma volverá al Hospital Universitario de Getafe entre los días 2 y 5 de abril.

Entrevista al Dr. Santos Enrech, Jefe de Oncología del HUG, por el Día Mundial contra el Cáncer

El pasado 4 de febrero se celebraba el Día Mundial contra el Cáncer. El lema de esta jornada, Por unos cuidados más justos, reivindica la importancia y la necesidad de que todos los pacientes tengan un acceso equitativo a los tratamientos y a la misma calidad en la atención. Además, se insiste en lo imprescindible que es la investigación en todos los campos y, en este caso, para esta enfermedad, que es muchas a la vez, y que supone la primera causa de muerte en España y en el mundo.

El Dr. Santos Enrech, es el Jefe del Servicio de Oncología del Hospital Universitario de Getafe y, aunque su vocación por la medicina la llevaba en la sangre, pues su padre también era médico, la especialización en oncología fue más bien una casualidad.

Dr. Santos Enrech, Jefe del Servicio de Oncología del Hospital Universitario de Getafe

Pregunta: ¿Qué te llevó a dedicarte a la oncología?

Respuesta: Cuando terminé la carrera me presenté en el ejército y para presentarte a la especialidad, tenías que prepararte 70 temas. A la especialidad que me presenté fue a angiología y cirugía vascular. Lo exámenes se repartían a lo largo de un mes y medio y no salió tan bien como esperaba, así que decidí prepararse una especialidad que estuviese al final del alfabeto para tener tiempo para estudiar y pasar de una vez a la vida hospitalaria. Así que descarté psiquiatría y traumatología y me preparé los temas de oncología y, en esta ocasión, aprobé. Yo no tenía esa vocación, pero creo que es una de las mejores cosas que me ha pasado en la vida, porque viéndolo con el tiempo, estaba hecho para ser oncólogo.

P: Me gustaría preguntarte acerca del trato con los pacientes, ¿es lo que más disfrutas de tu trabajo diario?

R: Claro, es que es un aspecto maravilloso, entre otras cosas porque, aunque el cáncer tiene un mito, un tabú y es una enfermedad no muy bien vista socialmente, hoy en día, gracias a Dios, son enfermos que viven habitualmente mucho tiempo. Sobre todo, los que yo trato. Yo me dedico sobre todo a cáncer de mama y son pacientes que con las que estás durante años y eso hace que se cree una relación muy bonita y que los pacientes los tengan muy fidelizado.

P: La sanidad es pública en España, pero el acceso a los tratamientos no es igual para todos los pacientes.

R: El nivel de la oncología en general en España y de la investigación oncológica es espectacular. Somos un país de los más activos en Europa, en ensayos clínicos, pero hay graves problemas de equidad entre provincias, entre comunidades autónomas, en oncología y una medicina en general. Incluso se han detectado inequidades entre distintos hospitales y esto, desde luego, es un tema que es muy importante resolverlo. El problema es que las decisiones están muy parceladas, por Comunidades Autónomas o incluso por hospitales. Yo puedo tener aprobados unos fármacos para su uso y que el Hospital de Leganés que está a 5 minutos en coche no lo tenga aprobado.

P: ¿Cómo podemos mejorar la calidad de vida de los pacientes?

R: Yo siempre digo que para nosotros es importante a los pacientes darles cantidad de vida, pero también calidad de vida. Tenemos que intentar que vivan más y que vivan mejor. Los enfermos con cáncer de mama metastásico incurable mejoran la calidad de vida con nuestros tratamientos y nos ayuda muchísimo el equipo de paliativos hospitalario y domiciliario para que los pacientes con cánceres avanzados tengan la mejor calidad de vida posible.

P: ¿Y qué se puede hacer por los pacientes que ya se han curado en cuanto a su reincorporación a la “vida normal”?

 R: Ese es otro escenario. Los supervivientes de cáncer es un tema menos solucionado. Esa paciente que ha recibido un tratamiento de mama y termina y le dicen “Enhorabuena, te haremos un seguimiento, pero probablemente ya estés curada, así que reincorpórate a tu vida”. Entonces se les viene el mundo encima. Esta es una línea de investigación que estamos intentando potenciar, la rama de la humanización. Estamos participando en un estudio para identificar escalas para el mejor tratamiento para pacientes, ancianos, para pacientes frágiles. Hemos hecho junto con el Hospital 12 de Octubre, el Hospital Clínico y el Hospital de Fuenlabrada una herramienta de cribado psicológico. Con 5 simples preguntas identificamos aquellos pacientes que están mal psicológicamente desde el punto de vista de la ansiedad, la depresión y el afrontamiento de la enfermedad y se les da apoyo psicológico de forma precoz. Esta herramienta la hemos implementado en un chatbot, una herramienta de inteligencia artificial que tienen en sus teléfonos móviles, con lo cual la paciente tiene en su móvil un chat que periódicamente le pregunta e identifica si tiene algún problema. Además, manda píldoras de información y de consejos. En caso de detectar que el paciente está mal desde el punto de vista psicológico, nos salta una alerta que nos permite llamar al paciente y valorar la ayuda o el tratamiento psicológico que necesita.

P: ¿Cómo es la investigación que se hace en el Hospital Universitario de Getafe?

R: En el hospital de Getafe hacemos investigación clínica, básica, también, en temas de calidad de vida.  Contamos, además, con la ayuda de la Fundación para la Investigación Biomédica (FIBHUG) que es una vía muy importante para seguir creciendo. A corto plazo, tengo abierto un estudio en Hormonoterapia Yuvante del cáncer de mama y, ahora, en breve voy a abrir otro sobre el tratamiento de las mujeres con cáncer de mama metastásico. Una de las cosas bonitas a lo que ha llevado la investigación es al avance de la medicina de precisión. Antes, hace 20 años, el cáncer de mama o el cáncer de pulmón se trataban todos igual. Hoy en día sabemos que el cáncer de mama son 4 o 5 enfermedades diferentes y que el cáncer de pulmón incluso más. Por eso, debemos identificar cada tumor y cada tumor tiene unas características moleculares que implican un tratamiento diferente para cada una de ellas.

P: Precisamente por ese motivo, si entendemos el cáncer no como una sola enfermedad, sino como un conjunto de enfermedades diferenciadas, ¿podemos hablar de una cura o se trata más bien de apostar por su cronificación y por convertirlo en una enfermedad con la que se puede seguir viviendo?

R: Hace años se hablaba de que habían encontrado “el remedio” contra el cáncer. Eso ya sabemos que eso es imposible por lo que tú has dicho: son muchas enfermedades que no tienen nada que ver con unas con otras. Indudablemente estamos avanzando mucho. Para el cáncer de mama metastásico tardará en llegar la cura unas décadas, pero estamos muy cerca de conseguir que se cronifique. Tenemos muchas enfermas metastásicas que llevan más de 10 años sin la enfermedad, con un tratamiento que les obliga a venir aquí cada 20 días, un cuarto de hora. Pero es importante recordar que hay muchas pacientes que se curan del cáncer, a pesar de que muchos metastásicos no lo hacen, aunque se consigan largas supervivencias. En los años 80 sobrevivían a los 5 años aproximadamente el 45% de los pacientes del cáncer y hoy en día estamos en el 65% que a los 5 años están vivos.

P: En este sentido, ¿podrías explicar qué es la medicina de precisión?

R: La medicina de precisión consiste en diseñar un tratamiento para cada tumor, pero también para cada paciente. No es solo encontrar una diana molecular sobre la que puedas interactuar con un fármaco, sino que también es, o sea, es personalizar o diseñar un tratamiento para cada tumor y para cada paciente y sus características. Esto es lo que conocemos por Medicina de precisión o medicina personalizada.

A lo largo de la historia de la humanidad, se han desarrollado diferentes tratamientos con el objetivo final de encontrar la cura para el cáncer. Por muy paradójico que sea, el desarrollo de la quimio tiene su origen en las guerras del siglo XX. En la Primera Guerra Mundial, se emplearon armas químicas cuyo uso se continuó también durante la Segunda Guerra Mundial. En 1943, bombas del ejército alemán provocaron la explosión de un barco cargado con gas mostaza. Tras hacer la autopsia a los soldados fallecidos en el ataque, se descubrió que la mostaza nitrogenada había acabado con un tipo de células cuya predisposición era dividirse con rapidez, al igual que las células cancerígenas. Tiempo después, los farmacólogos Louis S. Goodman y Alfred Gilman demostraron que este gas era capaz de disminuir la linfa y, por tanto, era eficaz para curar los linfomas.

R: Un derivado de esta mostaza nitrogenada, fue uno de los primeros fármacos que se comercializó como quimioterapia. Este primer fármaco antitumoral producto de la guerra química se puso por vena a un paciente que sabía que ese mismo producto había provocado la muerte de 100.000 personas. Entonces, ¿por qué era tan difícil encontrar un fármaco que fuera eficaz contra el cáncer? Porque las células tumorales se parecen mucho a las células sanas. La célula cancerosa es muy parecida a la célula buena de la que procede. Por ejemplo, una bacteria no. Encontrar un fármaco que sea eficaz para matar una bacteria y que respete las células sanas de nuestro cuerpo, eso es relativamente fácil, porque las bacterias tienen un metabolismo muy diferente, pero el de las células tumorales es muy parecido. Ahora conocemos la existencia del ADN y de los oncogenes y ya sabemos que existen muchas diferencias entre la célula tumoral y la normal. Conocemos la causa de esas diferencias, qué mutaciones las producen y qué proteínas están alteradas. Gracias a eso se ha desarrollado en los últimos años la medicina de precisión. Ya somos capaces de encontrar fármacos que atacan a la célula maligna respetando bastante a la célula benigna. Hemos pasado de un veneno de guerra a la medicina de precisión e inmunoterapia. Esta última ha sido una revolución total, porque estimula la propia inmunidad del paciente, eso es lo ideal.

P: Volviendo al tema de la investigación, ¿los pacientes están dispuestos a participar en ensayos clínicos y a recibir tratamientos experimentales?

R: Sí, sí que lo están, y una obligación nuestra es estimularles. Tenemos tratamientos estándar muy buenos, pero tenemos que seguir avanzando y una obligación del oncólogo es impulsar al paciente a entrar en ensayos clínicos.

P: En la prevención del cáncer influye mantener unos hábitos saludables, ¿en qué grado  son relevantes?

R: El cuidar la dieta, evitar el sobrepeso, evitar completamente el tabaco y restringir lo máximo posible la ingesta de alcohol es fundamental.

P: ¿Crees que se podrán estandarizar las campañas de cribado de la mayor parte de los cánceres para detectarlos lo antes posible?

R: En los últimos años, o sea, aunque la incidencia del cáncer sigue aumentando, o sea, cada vez se diagnostica más cáncer, sobre todo por el envejecimiento de la población. Al fin y al cabo, la gente cada vez es más mayor y es una enfermedad degenerativa, al acumular mutaciones a lo largo de la vida. Gracias a Dios, la mortalidad está disminuyendo por muchos motivos. No solo porque los tratamientos nuestros sean cada vez mejores, sino también por las campañas de prevención y de cribados, para detectarlo lo ante posible. No se puede evitar el cáncer pero si detectarlo lo antes posible. Por ejemplo, el Hospital va a participar en un estudio de cribado en cáncer de pulmón. Ya son cribados estándar los del cáncer de mama y el cáncer de colon, el programa prevecam y el prevecolon.

P: ¿Cómo influye la predisposición genética? ¿Son los seguimientos y los cribados de las personas con antecedentes de cáncer en la enfermedad eficaces?

R: Sí, por supuesto. La predisposición genética tiene un papel importante. Otra forma de hacer la prevención es identificar aquellas pacientes que tienen un mayor riesgo de desarrollar una enfermedad, un cáncer a lo largo de su vida, haciendo estudios genéticos. Hay familias que tienen una determinada mutación en la línea germinal, con lo cual se pueden pasar de ir de padres a hijos. Una forma también de disminuir la mortalidad de esos tipos de cáncer es identificar a esos pacientes con estudios genéticos, como se hace aquí en el Hospital, y darles una serie de consejos a ese sujeto y a esos familiares.

La investigación oncológica en España, afirma el Dr. Santos Enrech, es muy potente. Además, añade que es uno de los países que más pacientes recluta en los estudios internacionales. A pesar de eso, “no todo es maravilloso”, confiesa. “Por ejemplo, en España creo que hay en torno al cáncer como un tercio menos de patentes, por ejemplo, que en Francia y cinco veces menos patentes nuevas de nuevos productos que, por ejemplo, en Inglaterra o Alemania”. No obstante, asegura que se investiga mucho, “pero si te fijas con detalle, casi toda la investigación que hacemos es promocionada por la industria, que tiene mucho interés. Aun así, sería muy importante cubrir la investigación académica y conseguir un mayor apoyo económico futuro a nivel de recursos docentes públicos. Del Estado central o de las autonomías o de lo que sea. Ahí tenemos una asignatura pendiente”.

SEGUIMIENTO DE PACIENTES CON CÁNCER DE PRÓSTATA A TRAVÉS DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL

El pasado jueves 8 de febrero, la Dirección Médica del Hospital Universitario de Getafe (HUG) y la Fundación para la Investigación Biomédica del HUG con el patrocinio de la farmacéutica Janssen celebraron la primera charla del XVII Ciclo de Talleres sobre Innovación en la Gestión. Esta primera ponencia patrocinada por Janssen se centró en el Seguimiento de pacientes con cáncer de próstata a través de la inteligencia artificial (IA). Automatización de las llamadas telefónicas a través de un asistente virtual para las reuniones.

El taller fue inaugurado por la Dra. Rosa Aladro, directora médica del HUG, que agradeció a al patrocinador y dio paso a los ponentes. En esta ocasión, fueron el Dr. Luis Llanes, Jefe del Servicio de Urología del HUG, y María González, CEO fundadora de Tucuvi, los encargados de impartir este taller.

Sobre la Inteligencia Artificial y su incursión en la Urología

El Dr. Luis Llanes asentó los conocimientos básicos sobre la inteligencia artificial. En primer lugar, aportó una definición de la IA, entendida esta como “capacidad de las máquinas para hacer tareas que requieren inteligencia humana y cuyos objetivos crear máquinas o programas capaces de emular la inteligencia de los humanos”.

¿Pero cómo se traslada la IA a la medicina en general? El Dr. Llanes expuso algunos de los usos actuales y futuros que puede tener esta tecnología. A la hora de diagnosticar enfermedades, puede intervenir con el análisis de imágenes médicas con las que se mejora la precisión y el tratamiento. También, puede servir de apoyo en la toma de decisiones del personal sanitario pues ayuda a los médicos a analizar grandes volúmenes de datos y registros clínicos para después escoger el mejor tratamiento e, incluso, hacer pronósticos de las patologías y resultados gracias a los modelos de aprendizaje automático. La IA es capaz de optimizar los procesos clínicos haciendo una revisión más eficiente de los registros médicos. Para el futuro, añadía el Jefe de Urología del HUG podría emplearse, a través de la robótica asistida, para operar usando imágenes tridimensionales que reconstruyan el interior del paciente.

La primera relación que tuvo el Servicio de Urología del HUG con la IA fue a raíz de hacer una revisión de la información que proporcionaban los chatbots sobre urología, en concreto sobre el cáncer de vejiga, cáncer de próstata, cálculos urinarios e hiperplasia benigna de próstata.

En este momento, comentaba el Dr. Luis Llanes, se está comenzando una monitorización continua de los pacientes de cáncer de próstata empleando IA. Este tipo de cáncer es el que afecta a más varones en España, aunque no es el más letal, explica el Dr. Llanes, “el tipo de paciente que se va viendo cada vez más es aquel que dura mucho en el tiempo, por lo que requiere de un seguimiento largo”. Esto ha impulsado a los médicos y al sistema sanitario a crear nuevos medios que conformen una asistencia de calidad. “Gracias a la colaboración con Janssen y con Tucuvi, esto ha podido hacerse”, afirmaba el Dr. Llanes.

Tucuvi en el seguimiento cercano de los pacientes con cáncer de próstata

María González Manso, ingeniera biomédica y CEO de la empresa Tuvuci, abordó el trabajo que realiza su empresa de tecnología sanitaria junto al Servicio de Urología del HUG. Pero, primero, ¿qué es Tucuvi?

Tucuvi, Tu cuidador virtual, es una inteligencia artificial conversacional que pretende dar una solución a la realidad sanitaria asistencia y poner remedio a la falta de tiempo de los profesionales sanitarios. Esta IA es segura y está clínicamente validada, dispone de todos los certificados que la acreditan y aprueban. Esta plataforma permite hacer consultas automáticas a los pacientes mientras se hace un seguimiento autónomo de los mismos, explica María González.

Lola es la asistente clínica virtual encargada de hacer las llamadas a los pacientes. En la actualidad, atiende a más de 200.000 pacientes en 20 procesos clínicos diferentes. Esta IA es un sistema capaz de procesar el lenguaje natural por lo que mantiene una conversación normal con el paciente al que está haciendo las preguntas y es capaz de entender jerga y de interpretar los sinónimos y de responder a las cuestiones que se le planteen.

En el Hospital Universitario de Getafe se ha aplicado esta IA en el Servicio de Urología y se dirige a los pacientes de cáncer de próstata que han sido diagnosticados y tratados. Estas personas recibirán las llamadas de Lola que hará una serie de preguntas, por ejemplo: ¿has tenido alguna alteración al miccionar?; ¿has encontrado sangre en la orina?, ¿has tenido malestar o fiebre?. De esta forma, ante cualquier cambio en la salud de estos individuos, se enviará una alerta al Hospital que intervendrá rápidamente.

Protocolo Tucuvi

Con este asistente virtual, se facilita la vida a los pacientes de próstata evitando que acudan tanto al hospital, especialmente a aquellos que no tienen una enfermedad agravada o que tienen dificultades de desplazamiento, y se vuelven aún más partícipes de su proceso al estar más pendientes de los cambios que se noten en ellos mismos y que tienen que reportar a Lola. Desde el punto de vista asistencial, los médicos y otros profesionales de la salud verán sus listas de espera más aliviadas y podrán dar un trato más cercano y con mejor calidad a todos los pacientes.