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#GetafeInvestiga la relación de la fragilidad con la discapacidad, la hospitalización y la mortalidad

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Un estudio coordinado por el Grupo del Dr. Leocadio Rodríguez Mañas, jefe de Servicio de Geriatría del Hospital Universitario de Getafe (HUG), director científico del Centro de Investigación Biomédica en Red de Fragilidad y Envejecimiento Saludable (CIBERFES), y coordinador del grupo de Investigación de Geriatría de la Fundación para la Investigación Biomédica del HUG, confirma que el alto grado de fragilidad está asociado con la discapacidad, la hospitalización y la mortalidad en personas mayores de 65 años.

La fragilidad es un síndrome biológico asociado a la edad que aumenta el riesgo de sufrir eventos adversos, pero que es dinámico y potencialmente prevenible y reversible. El estudio, publicado por la revista científica “Journal of Cachexia, Sarcopenia and Muscle”, ha analizado las diferentes trayectorias de fragilidad en base a una escala llamada Rasgo de Fragilidad 5 (FTS5, siglas en inglés) y se han relacionado con efectos adversos en este grupo de edad.

Como base para este trabajo, los investigadores han utilizado datos de 975 participantes del Estudio de Toledo en Envejecimiento Saludable (ETES), una cohorte de adultos mayores de más de 65 años. Las trayectorias de fragilidad se obtuvieron de los datos recogidos en dos evaluaciones (2006-2009 y 2011-2013), distanciadas en cinco años. Posteriormente a esta segunda evaluación, la discapacidad se evaluó a los tres años, la hospitalización se reportó hasta 2016 (con una mediana de cuatro años) y la mortalidad hasta 2019 (con una mediana de casi siete).

La relevancia clínica de este hallazgo respalda la evaluación de la fragilidad para complementar la valoración del estado de salud de los adultos mayores y su relación con posibles eventos adversos. “Nuestros resultados respaldan la naturaleza dinámica de la fragilidad y el beneficio potencial de las intervenciones destinadas a reducir sus niveles en resultados adversos relevantes y onerosos”, se concluye en el trabajo publicado.

La fragilidad se evaluó a través del FTS5 que evalúa cinco aspectos centrales de la fragilidad: la actividad física, la velocidad de la marcha, la fuerza de presión manual, el índice de masa corporal y el Test de Romberg para medir el equilibrio de pie. En este estudio se encontraron cinco trayectorias, lo que confirma el dinamismo de la fragilidad. En tres de ellas aumentaba, aunque partían de niveles iniciales distintos (puntuaciones de fragilidad bajas, leves y moderadas), en una se mantenía en niveles moderados y en la otra en leves.

Según explica el Dr. Leocadio Rodríguez Mañas, coordinador del grupo de Investigación de Geriatría de la Fundación para la Investigación Biomédica del Hospital Universitario de Getafe, “este hallazgo es importante ya que, aunque la fragilidad tiende a aumentar con el envejecimiento de la población no ocurre esto en todos los adultos mayores”.

El trabajo ha analizado las diferentes trayectorias de fragilidad y las relaciona con eventos adversos en 975 personas mayores de 65 años.

Álvarez-Bustos, Alejandro; Carnicero-Carreño, Jose Antonio; Sanchez-Sanchez, Juan Luis; Garcia-Garcia, Francisco Javier; Alonso-Bouzón, Cristina; Rodríguez-Mañas, Leocadio. Associations between frailty trajectories and frailty status and adverse outcomes in community-dwelling older adults. Journal of Cachexia Sarcopenia Muscle. DOI: 10.1002/jcsm.12888

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