El pasado 4 de febrero se celebraba el Día Mundial contra el Cáncer. El lema de esta jornada, Por unos cuidados más justos, reivindica la importancia y la necesidad de que todos los pacientes tengan un acceso equitativo a los tratamientos y a la misma calidad en la atención. Además, se insiste en lo imprescindible que es la investigación en todos los campos y, en este caso, para esta enfermedad, que es muchas a la vez, y que supone la primera causa de muerte en España y en el mundo.
El Dr. Santos Enrech, es el Jefe del Servicio de Oncología del Hospital Universitario de Getafe y, aunque su vocación por la medicina la llevaba en la sangre, pues su padre también era médico, la especialización en oncología fue más bien una casualidad.
Pregunta: ¿Qué te llevó a dedicarte a la oncología?
Respuesta: Cuando terminé la carrera me presenté en el ejército y para presentarte a la especialidad, tenías que prepararte 70 temas. A la especialidad que me presenté fue a angiología y cirugía vascular. Lo exámenes se repartían a lo largo de un mes y medio y no salió tan bien como esperaba, así que decidí prepararse una especialidad que estuviese al final del alfabeto para tener tiempo para estudiar y pasar de una vez a la vida hospitalaria. Así que descarté psiquiatría y traumatología y me preparé los temas de oncología y, en esta ocasión, aprobé. Yo no tenía esa vocación, pero creo que es una de las mejores cosas que me ha pasado en la vida, porque viéndolo con el tiempo, estaba hecho para ser oncólogo.
P: Me gustaría preguntarte acerca del trato con los pacientes, ¿es lo que más disfrutas de tu trabajo diario?
R: Claro, es que es un aspecto maravilloso, entre otras cosas porque, aunque el cáncer tiene un mito, un tabú y es una enfermedad no muy bien vista socialmente, hoy en día, gracias a Dios, son enfermos que viven habitualmente mucho tiempo. Sobre todo, los que yo trato. Yo me dedico sobre todo a cáncer de mama y son pacientes que con las que estás durante años y eso hace que se cree una relación muy bonita y que los pacientes los tengan muy fidelizado.
P: La sanidad es pública en España, pero el acceso a los tratamientos no es igual para todos los pacientes.
R: El nivel de la oncología en general en España y de la investigación oncológica es espectacular. Somos un país de los más activos en Europa, en ensayos clínicos, pero hay graves problemas de equidad entre provincias, entre comunidades autónomas, en oncología y una medicina en general. Incluso se han detectado inequidades entre distintos hospitales y esto, desde luego, es un tema que es muy importante resolverlo. El problema es que las decisiones están muy parceladas, por Comunidades Autónomas o incluso por hospitales. Yo puedo tener aprobados unos fármacos para su uso y que el Hospital de Leganés que está a 5 minutos en coche no lo tenga aprobado.
P: ¿Cómo podemos mejorar la calidad de vida de los pacientes?
R: Yo siempre digo que para nosotros es importante a los pacientes darles cantidad de vida, pero también calidad de vida. Tenemos que intentar que vivan más y que vivan mejor. Los enfermos con cáncer de mama metastásico incurable mejoran la calidad de vida con nuestros tratamientos y nos ayuda muchísimo el equipo de paliativos hospitalario y domiciliario para que los pacientes con cánceres avanzados tengan la mejor calidad de vida posible.
P: ¿Y qué se puede hacer por los pacientes que ya se han curado en cuanto a su reincorporación a la “vida normal”?
R: Ese es otro escenario. Los supervivientes de cáncer es un tema menos solucionado. Esa paciente que ha recibido un tratamiento de mama y termina y le dicen “Enhorabuena, te haremos un seguimiento, pero probablemente ya estés curada, así que reincorpórate a tu vida”. Entonces se les viene el mundo encima. Esta es una línea de investigación que estamos intentando potenciar, la rama de la humanización. Estamos participando en un estudio para identificar escalas para el mejor tratamiento para pacientes, ancianos, para pacientes frágiles. Hemos hecho junto con el Hospital 12 de Octubre, el Hospital Clínico y el Hospital de Fuenlabrada una herramienta de cribado psicológico. Con 5 simples preguntas identificamos aquellos pacientes que están mal psicológicamente desde el punto de vista de la ansiedad, la depresión y el afrontamiento de la enfermedad y se les da apoyo psicológico de forma precoz. Esta herramienta la hemos implementado en un chatbot, una herramienta de inteligencia artificial que tienen en sus teléfonos móviles, con lo cual la paciente tiene en su móvil un chat que periódicamente le pregunta e identifica si tiene algún problema. Además, manda píldoras de información y de consejos. En caso de detectar que el paciente está mal desde el punto de vista psicológico, nos salta una alerta que nos permite llamar al paciente y valorar la ayuda o el tratamiento psicológico que necesita.
P: ¿Cómo es la investigación que se hace en el Hospital Universitario de Getafe?
R: En el hospital de Getafe hacemos investigación clínica, básica, también, en temas de calidad de vida. Contamos, además, con la ayuda de la Fundación para la Investigación Biomédica (FIBHUG) que es una vía muy importante para seguir creciendo. A corto plazo, tengo abierto un estudio en Hormonoterapia Yuvante del cáncer de mama y, ahora, en breve voy a abrir otro sobre el tratamiento de las mujeres con cáncer de mama metastásico. Una de las cosas bonitas a lo que ha llevado la investigación es al avance de la medicina de precisión. Antes, hace 20 años, el cáncer de mama o el cáncer de pulmón se trataban todos igual. Hoy en día sabemos que el cáncer de mama son 4 o 5 enfermedades diferentes y que el cáncer de pulmón incluso más. Por eso, debemos identificar cada tumor y cada tumor tiene unas características moleculares que implican un tratamiento diferente para cada una de ellas.
P: Precisamente por ese motivo, si entendemos el cáncer no como una sola enfermedad, sino como un conjunto de enfermedades diferenciadas, ¿podemos hablar de una cura o se trata más bien de apostar por su cronificación y por convertirlo en una enfermedad con la que se puede seguir viviendo?
R: Hace años se hablaba de que habían encontrado “el remedio” contra el cáncer. Eso ya sabemos que eso es imposible por lo que tú has dicho: son muchas enfermedades que no tienen nada que ver con unas con otras. Indudablemente estamos avanzando mucho. Para el cáncer de mama metastásico tardará en llegar la cura unas décadas, pero estamos muy cerca de conseguir que se cronifique. Tenemos muchas enfermas metastásicas que llevan más de 10 años sin la enfermedad, con un tratamiento que les obliga a venir aquí cada 20 días, un cuarto de hora. Pero es importante recordar que hay muchas pacientes que se curan del cáncer, a pesar de que muchos metastásicos no lo hacen, aunque se consigan largas supervivencias. En los años 80 sobrevivían a los 5 años aproximadamente el 45% de los pacientes del cáncer y hoy en día estamos en el 65% que a los 5 años están vivos.
P: En este sentido, ¿podrías explicar qué es la medicina de precisión?
R: La medicina de precisión consiste en diseñar un tratamiento para cada tumor, pero también para cada paciente. No es solo encontrar una diana molecular sobre la que puedas interactuar con un fármaco, sino que también es, o sea, es personalizar o diseñar un tratamiento para cada tumor y para cada paciente y sus características. Esto es lo que conocemos por Medicina de precisión o medicina personalizada.
A lo largo de la historia de la humanidad, se han desarrollado diferentes tratamientos con el objetivo final de encontrar la cura para el cáncer. Por muy paradójico que sea, el desarrollo de la quimio tiene su origen en las guerras del siglo XX. En la Primera Guerra Mundial, se emplearon armas químicas cuyo uso se continuó también durante la Segunda Guerra Mundial. En 1943, bombas del ejército alemán provocaron la explosión de un barco cargado con gas mostaza. Tras hacer la autopsia a los soldados fallecidos en el ataque, se descubrió que la mostaza nitrogenada había acabado con un tipo de células cuya predisposición era dividirse con rapidez, al igual que las células cancerígenas. Tiempo después, los farmacólogos Louis S. Goodman y Alfred Gilman demostraron que este gas era capaz de disminuir la linfa y, por tanto, era eficaz para curar los linfomas.
R: Un derivado de esta mostaza nitrogenada, fue uno de los primeros fármacos que se comercializó como quimioterapia. Este primer fármaco antitumoral producto de la guerra química se puso por vena a un paciente que sabía que ese mismo producto había provocado la muerte de 100.000 personas. Entonces, ¿por qué era tan difícil encontrar un fármaco que fuera eficaz contra el cáncer? Porque las células tumorales se parecen mucho a las células sanas. La célula cancerosa es muy parecida a la célula buena de la que procede. Por ejemplo, una bacteria no. Encontrar un fármaco que sea eficaz para matar una bacteria y que respete las células sanas de nuestro cuerpo, eso es relativamente fácil, porque las bacterias tienen un metabolismo muy diferente, pero el de las células tumorales es muy parecido. Ahora conocemos la existencia del ADN y de los oncogenes y ya sabemos que existen muchas diferencias entre la célula tumoral y la normal. Conocemos la causa de esas diferencias, qué mutaciones las producen y qué proteínas están alteradas. Gracias a eso se ha desarrollado en los últimos años la medicina de precisión. Ya somos capaces de encontrar fármacos que atacan a la célula maligna respetando bastante a la célula benigna. Hemos pasado de un veneno de guerra a la medicina de precisión e inmunoterapia. Esta última ha sido una revolución total, porque estimula la propia inmunidad del paciente, eso es lo ideal.
P: Volviendo al tema de la investigación, ¿los pacientes están dispuestos a participar en ensayos clínicos y a recibir tratamientos experimentales?
R: Sí, sí que lo están, y una obligación nuestra es estimularles. Tenemos tratamientos estándar muy buenos, pero tenemos que seguir avanzando y una obligación del oncólogo es impulsar al paciente a entrar en ensayos clínicos.
P: En la prevención del cáncer influye mantener unos hábitos saludables, ¿en qué grado son relevantes?
R: El cuidar la dieta, evitar el sobrepeso, evitar completamente el tabaco y restringir lo máximo posible la ingesta de alcohol es fundamental.
P: ¿Crees que se podrán estandarizar las campañas de cribado de la mayor parte de los cánceres para detectarlos lo antes posible?
R: En los últimos años, o sea, aunque la incidencia del cáncer sigue aumentando, o sea, cada vez se diagnostica más cáncer, sobre todo por el envejecimiento de la población. Al fin y al cabo, la gente cada vez es más mayor y es una enfermedad degenerativa, al acumular mutaciones a lo largo de la vida. Gracias a Dios, la mortalidad está disminuyendo por muchos motivos. No solo porque los tratamientos nuestros sean cada vez mejores, sino también por las campañas de prevención y de cribados, para detectarlo lo ante posible. No se puede evitar el cáncer pero si detectarlo lo antes posible. Por ejemplo, el Hospital va a participar en un estudio de cribado en cáncer de pulmón. Ya son cribados estándar los del cáncer de mama y el cáncer de colon, el programa prevecam y el prevecolon.
P: ¿Cómo influye la predisposición genética? ¿Son los seguimientos y los cribados de las personas con antecedentes de cáncer en la enfermedad eficaces?
R: Sí, por supuesto. La predisposición genética tiene un papel importante. Otra forma de hacer la prevención es identificar aquellas pacientes que tienen un mayor riesgo de desarrollar una enfermedad, un cáncer a lo largo de su vida, haciendo estudios genéticos. Hay familias que tienen una determinada mutación en la línea germinal, con lo cual se pueden pasar de ir de padres a hijos. Una forma también de disminuir la mortalidad de esos tipos de cáncer es identificar a esos pacientes con estudios genéticos, como se hace aquí en el Hospital, y darles una serie de consejos a ese sujeto y a esos familiares.
La investigación oncológica en España, afirma el Dr. Santos Enrech, es muy potente. Además, añade que es uno de los países que más pacientes recluta en los estudios internacionales. A pesar de eso, “no todo es maravilloso”, confiesa. “Por ejemplo, en España creo que hay en torno al cáncer como un tercio menos de patentes, por ejemplo, que en Francia y cinco veces menos patentes nuevas de nuevos productos que, por ejemplo, en Inglaterra o Alemania”. No obstante, asegura que se investiga mucho, “pero si te fijas con detalle, casi toda la investigación que hacemos es promocionada por la industria, que tiene mucho interés. Aun así, sería muy importante cubrir la investigación académica y conseguir un mayor apoyo económico futuro a nivel de recursos docentes públicos. Del Estado central o de las autonomías o de lo que sea. Ahí tenemos una asignatura pendiente”.