“La temida epidemia a que tanto dique se quiso poner y que en la actualidad encuentra tantas facilidades para hacer sus víctimas, se extiende como mancha de aceite por todo el suelo español. (…) La epidemia atrae la consideración de todos los pensamientos: no es posible ocuparse de otro asunto, y la fatal struggle for life —la lucha por la vida— nos preocupa y arrebata toda nuestra actividad y nuestras fuerzas”.
Así hablaba la revista El Criterio Médico en julio de 1885 acerca del cólera, la enfermedad infecciosa causada por la bacteria Vibrio cholerae. El cólera, causante de una diarrea secretoria aguda, era la epidemia típica del siglo XIX en Europa y en España.
Por suerte, unos años antes, el 1 de febrero de 1851, había nacido Jaime Ferrán, que, en el momento de esta crisis sanitaria, ya era médico y bacteriólogo. De hecho, había logrado fabricar, tras el descubrimiento en 1883 por el científico alemán Robert Koch del bacilo causante del cólera, la vacuna anticolérica. Hito que permitió inmunizar a la población de Alcira y de Valencia.
No obstante, el Gobierno español e, incluso, algunos compañeros de profesión se mostraban reticentes ante el método desarrollado por Ferrán pues pensaban que eran peligroso y que podría aumentar el número de contagios. Por ese motivo, se prohibió la vacunación.
Su labor fue más tarde reconocida por la comunidad científica y su figura se recoge, ahora, en el Calendario Científico Escolar del CSIC del años 2024. Durante este mes de febrero, se recuerda a Ferrán y a otras personalidades que, desde la Fundación para la Investigación Biomédica del Hospital de Getafe, hemos querido destacar por su labor de investigación.